miércoles, 3 de marzo de 2010

LLanto en el desván

Todas las noches oigo llantos, quejidos, sollozos, los distingo con claridad, son de una niña; les escucho desde el día que me encontré el vestido de primera comunión amarillento junto a una flores secas y unas notas en los cuadernos de caligrafía rubio; guardados en el baúl del desván.

Virgencita te ofrezco estas flores”,
¡Yo no quiero!,
¡papá,me haces daño!

PD. Esta casa que sigo restaurando, me está ofreciendo muchas historias.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Terrorificamente genial.

Me ha gustado mucho.

Un abrazo.




John W.

Anónimo dijo...

Entre el incesto oculto y la violencia psicológica de “no cometerás actos impuros” ejercida durante mucho tiempo por la Iglesia, hay generaciones mutiladas.
Presentas una imagen no visual, muy clara.

Santi dijo...

Ohhh, las casas son sus habitantes; hay en La Laguna, en Tenerife, una historia en el museo de historia que antes fue una casa, de unas gentes con pasta. Al parecer obligaron a una niña a casarse con un señó con dineros, o poder, o.. en fin; antes de que amaneciera la niña se tiró al pozo y por eso el museo cuenta entre sus empleados con un fantasmas que recauda el dinero de quienes se lo creen.

Un abrazo

Camy dijo...

Cuantas historias estarán olvidadas en muchos desvanes.
Perfecto la combinación de la pureza y el vestido de comunión y el papa que hacía daño....
Un beso

Jorge Van Veen dijo...

Uau! Todas esas notas deberías cuidarlas y conservarlas. Tienes un pedacito de historia en tus manos!

Un saludo!!

Tom/Shine. dijo...

Asu, penan mucho en el desvan, no?
Siempre en el desván, nunca he escuchado de un espectro en el baño, o la cocina.
Hare Krishna, y gracias por seguirme.

Marisol Cragg de Mark dijo...

Pareciera una historia sacada de la realidad. Si así fuera, me daría un poquitín de susto.
Te dejo un abrazo.

César dijo...

Sólo espero que la niña se quejase al quitarle una espinilla, aunque barrunto que no..maldita condición deshumana!

Raúl dijo...

A cual de ellas (de las historias que te ofrece la casa) más truculenta.

Belén dijo...

Por dios, qué miedo!

Besicos

Johan Bush Walls dijo...

“Virgencita te ofrezco estas flores”,
¡Yo no quiero!,
¡papa me haces daño!

Sabe una cosa, lo puede dejar así, hasta gana en efectividad.

Le quedó muy buen microrelato.

Salú pue.

PD. por favor agréguele la tilde a la palabra papá.

Salú pue.

Yemaya dijo...

Esta me da un poco de miedo, pero debe de ser genial estar en una casa que te dé tantos relatos del pasado.
Un beso y un susurro dulce

ALEX B. dijo...

Jo, que inquietante.
una casa llena de sorpresas.
besos

Miguel Baquero dijo...

¡¡Ay, qué miedo me dan esas cosas!! He leído el cuento así como medio tapándome la cara, por la rendija entre los dedos

Naia Marlo dijo...

¡Qué triste! no han ido a la luz...
Bonita historia.

Un abrazo muy sereno para ti,

Naia

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

Hola, mi querida África, veo que le has cambiado el look al blog y te ha quedado precioso. Y también compruebo que las casas antiguas inspiran lo suyo, eh, jeje. Bonita historia, aunque nos has dejado un poco con la miel en los labios, de tanto misterio y brevedad,aunque se deduce que la cosa va de incestuoso abuso de menores, un tema muy de moda este de la pedofilia, porque parece que ahora lo que más excita a muchos es justamente lo más monstruoso, pero que, desafortunadamente, siempre tuvo sus "seguidores". Un besito y muy feliz finde, wapísima.

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

Ay, se me olvidó preguntarte si la foto de tu título es de Peñafiel, es que me lo parece. En Peñafiel estuve hace años, justo en fiestas, y me pareció un pueblo entrañable y de lo más bonito. Otro besito.