jueves, 22 de abril de 2010

Mensaje en el Faccebok





Un mensaje dejado en el muro de facebook.

“Tú siempre tan elegante”

Desde su aventura en Praga, no había vuelto a saber de él; recuerda el puente más bello que ha visto nunca.
Al tiempo que se iba abriendo el álbum de fotos que Sergio había colgado en su muro, a Sabrina le iban entrando sudores, no se reconocía; ella profesora de Universidad en plena madurez, sintiendo celos de chicas jóvenes que se veían bailando y coqueteando con Sergio. Sintió un pinchazo al ver la cara de aquel joven que le había cautivado. _ Me separa un continente una generación.
El café que estaba tomado, le recordó ese pequeño detalle, de ofrecerla el postre, tarta de chocolate negro con confitura de albaricoque, y sus labios saboreando la cucharilla manchada con su lápiz de labios. Le vinieron a la imaginación como fuego ,sus miradas que la quemaban en el salón de grados de la universidad de Praga.
Ya no era el joven que ella conoció, era un hombre que se acercaba a los treinta años, con el pelo mas corto que cuando ella le acarició, pero la misma mirada.
Sabrina tenía colgadas en su muro, algunas fotos familiares, sintió vergüenza, no sabe si porque él recordaría lo que pasó debajo del puente, o porque la viera tan mayor.
Seguía abriendo álbumes de fotos, bebió un poco de agua, ahora era ella, la que bebía el agua como si estuviera bebiendo de su boca. Así sucedió el día de la cena de clausura del curso, cuando Sergio, se la bebía en su copa.
De su paseo por el puente, recuerda el momento donde le agarro de la mano y la bajo por las escaleras que conducen al río Moldavia.

Se sentaron, y él le tomó por la nuca, dándola un beso que jamás terminaba, ella, no hizo falta que cerrara los ojos porque la oscuridad de la noche era suficiente. Le rodeo con su brazos y le beso y beso hasta la extenuidad.
Solo se retiraban para mirase a los ojos y de nuevo volver a besarse, se escuchaban en el silencio de la noche las conversaciones de sus compañeros. (Al meno ella lo recuerda de esta manera).
La mano de Sergio se hizo un espacio entre las medias de Sabrina para introducir su dedos entre su sexo.
Sabrina se quedó pensando, que mensaje le escribiría en el muro.


lunes, 12 de abril de 2010

Algo sobre mi


r e t r a t o s

S.B. TÉCNICO SUPERIOR DE LABORATORIO
“Cada mañana me pregunto:
¿Qué hay de bueno hoy?”



Silvia Gelices


S.B. (, Valladolid, 1956), técnico superior de laboratorio de la rama sanitaria y operadora en instalaciones radiactivas, se define como una rata de laboratorio y afirma que la pipeta en sus manos “es un arma cargada de futuro”. Por eso le apasionaba su trabajo y ocupaba un lugar muy alto en su escala de valores.




Y es que un asma profesional le obligó a abandonar su gran pasión y a jubilarse a los 47 años por incapacidad absoluta. Más adelante también le diagnosticaron fibromialgia.



Dos enfermedades
con las cuales ha aprendido
a convivir, y que no le han vetado
su ilusión por aprender y “disfrutar
de la belleza que pasa cada
día ante nuestros ojos”.
Dice que su trabajo era su gran pasión
y un asma profesional se la
arrebató.
Durante 25 años desarrollé mi profesión
como técnico de laboratorio
en el Hospital Universitario de Valladolid.
El haber estado en contacto
durante tanto tiempo con productos
químicos me desencadenó
un asma severa.Cambié de sección
y trabajé en medicina nuclear, pero
al cabo de cinco años me dieron la
incapacidad absoluta. A los 47 años
ya estaba jubilada cuando mi gran
pasión había sido mi trabajo porque
siempre he sido una rata de laboratorio.
¿Lo vivió como una gran pérdida?
Para mí fue muy traumático y tuve
que superar un duelo por esta pérdida
profesional. Cuando tengo recaídas
casi siempre me sirven de
trampolín para darme impulso
aunque mi cuerpo quede destrozado
por la falta de oxígeno y los efectos
secundarios de los corticoides y
bronquiodilatadores. Siempre digo
que estos fármacos son como los
bomberos, que te destrozan la casa
pero te salvan del fuego. Sin ellos no
habría sobrevivido ni tendría la calidad
de vida que tengo ahora.
También le diagnosticaron fibromialgia.
Así es, soy fibromiálgica. Suena a tener
un título, o a una enfermedad
fantasma, pero significa convivir
con el dolor crónico y sufrir un cansancio
“insano”. Hay que aprender
a vivir sabiendo que tu cuerpo se
rompe, pero olvidándote de que tienes
dolor, ¿complicado, verdad?
Sobre todo porque la percepción del
dolor puede ser muy diferente en
cada persona.
El problema no es que tengamos
dolor crónico, sino que éste arruina
tu vida. Todos tenemos un ala rota
(despidos, rupturas, enfermedades,
pérdidas...) y tenemos que aprender
a volar con este ala rota. Seguir
caminando pero sin apoyarme en
creencias sobrenaturales, sino “porque
yo lo valgo”,como diría el anuncio de LOreal.
Cada día me levanto
preguntándome: ¿qué hay de bueno
hoy?
¿Y qué responde?
Mi cuerpo anda falto de salud pero
mi cerebro puede reflexionar y mi
espíritu relajarse. El tiempo que empleaba
en trabajar ahora lo dedico
a aprender. No me puedo apuntar
al filo de lo imposible pero sí puedo
continuar estudiando (inglés, antropología,
historia, filosofía...) o
practicar natación, yoga, pilates...
hacer el amor.
¿...?
Cuando practicas sexo segregas endorfinas,
el mejor analgésico natural.
Mantengo intacto el instinto de
buscar y quizás la fortuna de encontrar.
La belleza pasa cada día ante
nuestros ojos, sólo hay que pararse
a contemplarla.