domingo, 17 de mayo de 2009

La Niebla y la Luna

Para Mario Benedetti, compañero de disnea, que con su poesía aprendimos a besar

La niebla llegó
Y ocultó a la Luna.

La niebla llegó y despertó al monstruo,
Callado, oculto en su pecho.
Y empezó a grujir.
Y la respiración se hizo lenta.
Pesada.
El aire constaba entrar.
El aire constaba salir,
Y la lucha entre la Luna y la niebla

Se hizo ensangrentada.

Pero el monstruo debía morir.
La luna tenía que ponerse,
Sus mejores galas.

La luna se poso en el mar.

Y ella comprendió que lo hacia por ella .


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