
Un mensaje dejado en el muro de facebook.
“Tú siempre tan elegante”
Desde su aventura en Praga, no había vuelto a saber de él; recuerda el puente más bello que ha visto nunca.
Al tiempo que se iba abriendo el álbum de fotos que Sergio había colgado en su muro, a Sabrina le iban entrando sudores, no se reconocía; ella profesora de Universidad en plena madurez, sintiendo celos de chicas jóvenes que se veían bailando y coqueteando con Sergio. Sintió un pinchazo al ver la cara de aquel joven que le había cautivado. _ Me separa un continente una generación.
El café que estaba tomado, le recordó ese pequeño detalle, de ofrecerla el postre, tarta de chocolate negro con confitura de albaricoque, y sus labios saboreando la cucharilla manchada con su lápiz de labios. Le vinieron a la imaginación como fuego ,sus miradas que la quemaban en el salón de grados de la universidad de Praga.
Ya no era el joven que ella conoció, era un hombre que se acercaba a los treinta años, con el pelo mas corto que cuando ella le acarició, pero la misma mirada.
Sabrina tenía colgadas en su muro, algunas fotos familiares, sintió vergüenza, no sabe si porque él recordaría lo que pasó debajo del puente, o porque la viera tan mayor.
Seguía abriendo álbumes de fotos, bebió un poco de agua, ahora era ella, la que bebía el agua como si estuviera bebiendo de su boca. Así sucedió el día de la cena de clausura del curso, cuando Sergio, se la bebía en su copa.
De su paseo por el puente, recuerda el momento donde le agarro de la mano y la bajo por las escaleras que conducen al río Moldavia.
Se sentaron, y él le tomó por la nuca, dándola un beso que jamás terminaba, ella, no hizo falta que cerrara los ojos porque la oscuridad de la noche era suficiente. Le rodeo con su brazos y le beso y beso hasta la extenuidad.
Solo se retiraban para mirase a los ojos y de nuevo volver a besarse, se escuchaban en el silencio de la noche las conversaciones de sus compañeros. (Al meno ella lo recuerda de esta manera).
La mano de Sergio se hizo un espacio entre las medias de Sabrina para introducir su dedos entre su sexo.
Sabrina se quedó pensando, que mensaje le escribiría en el muro.